martes, 6 de abril de 2010

Todos ponen

A ver, Gabriel, sé que eres un as no visto, un ser dotado de inteligencia, no en balde eres pariente de doña Emma Madera de Gallo. Por eso quiero invitarte a reflexionar sobre esa disposición especial de los colombianos para el juego de palabras llamado "calambur". Hace años que pienso en eso, que dentro de Colombia se menosprecia y se considera fácil, vulgar y aun corriente, pero que en otras partes es más bien raro. ¿Es concebible que cualquier colombiano, incluido uno con poquísima instrucción, recuerde montones de calambures y los detecte sin problemas y en otras partes sea tan corriente un nombre como Mónica Galindo? Más, Francisco de Quevedo ganó una apuesta por decirle a una reina que cojeaba: "Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja". Una coja colombiana habría reaccionado inmediatamente.

La idea es hacer una lista de todos los que vayamos recordando: los que recuerde cada uno se podrán incluir en los comentarios para después añadirlos en esta entrada. Alguna vez se valorará esa disposición alegre a escapar de lo grave disolviendo el sentido en reagrupamientos de sílabas.